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Con sólo 27 años, esta guapa, sugerente y precoz madrileña se ha convertido en una de las mejores y más solicitadas actrices del cine español, gracias, en gran medida, a su patético personaje de inocente chica de pueblo en «Amantes»
Aunque su primera experiencia fue como modelo adolescente en spots y catálogos de moda de firmas como La Casera, El Corte Inglés, McDonald's, Seat o la ONCE, su primera gran oportunidad fue en televisión a los 13 años con «El crimen del capitán Sánchez» de Vicente Aranda, uno de los directores que más la ha marcado.
Su padre se mostró algo reticente a su entrada en el mundo del espectáculo por la leyenda negra que hay en torno a la profesión; su madre, encantada, y las monjas del colegio donde estudiaba le decían que "cuando en un cesto de manzanas hay una podrida contamina a todas las demás".
Esta diferencia de opiniones se arregló cuando su padre se dio cuenta de que era una profesión seria y, con el fin de evitar el mal ambiente escolar, la cambiaron a un instituto.
De todas formas, Maribel dejó los estudios a los 15 años para poder dedicarse a su gran pasión: su carrera.
Su primer papel protagonista lo interpretó en «El sueño de Tánger», su primera película, junto a Fabio Testi que por diversos problemas pasó sin pena ni gloria por las pantallas españolas.
No fue hasta el estreno de «27 horas» -que le valió el premio «Revelación»- y «El año de las luces» que Maribel Verdú empezó a destacar.
Su interpretación de la chica drogadicta en la película de Montxo Armendáriz fue una de las experiencias más fuertes que le ha tocado vivir; aunque ella siempre ha declarado que al terminar la jornada prefiere aparcar el personaje, en «27 horas» no pudo lograrlo y estuvo a punto de coger una depresión.
En el teatro debutó en 1986 con un personaje soñado por muchas actrices, la heroína de «Romeo y Julieta».
Desde entonces ha simultaneado sus actuaciones en la gran pantalla con obras de teatro como «Don Juan Tenorio», «Miles Gloriosus» y «Juego de Reinas», aunque se considera esencialmente una actriz cinematográfica.
También ha intervenido en diversos capítulos de series televisivas entre las que destacan «Turno de oficio» de Antonio Mercero (1985); «Segunda enseñanza» de Pedro Masó (1985); «Nunca se sabe» de Cayetáno Luca de Tena (1986); «Pájaro en una tormenta» de Antonio Giménez Rico (1989) y «La mujer y el pelele» de Mario Camús (1990).
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