|
|
|
Actor argentino proveniente de una familia vinculada al mundo del espectáculo, que trabaja desde pequeño y ha logrado con los años una notable evolución de galán de telenovelas y comedias televisivas a figura protagónica de las películas más relevantes del cine argentino contemporáneo.
A los 10 años debutó en teatro en una obra en la que intervenían sus padres, los actores Ricardo Darín y Renée Roxana. Rápidamente pasó a la televisión, donde consiguió cierta continuidad en 1973 en los ciclos Alta Comedia y Estación Retiro. En ese medio fue alcanzando popularidad como joven protagonista de distintas telenovelas, principalmente bajo las órdenes de Alberto Migré, el mayor realizador argentino de productos de ese género.
Junto a Migré saltó a la fama en los 80 como parte de los "galancitos", un grupo de jóvenes y carilindos actores que llevaron los éxitos televisivos al teatro con obras seguidas por miles de fans por todo el país. Ya convertido en moneda corriente en la TV, aunque siempre encasillado en roles de galán, demostró sus cualidades en ciclos de unitarios como Nosotros y los miedos. El máximo éxito en TV le llegó, sin embargo, como actor cómico: fue en los 90, cuando compartió cartel con Luis Brandoni en la tira Mi cuñado, remake de la protagonizada por Osvaldo Miranda en los 60.
Mientras trabajaba para la pantalla chica, nunca abandonó el teatro, medio para el cual hizo obras como Sugar, Extraña pareja, Taxi, Algo en común y Art. Y hasta dirigió una obra en un teatro de su propiedad. El cine también lo practicó con frecuencia. De joven hizo películas como He nacido en la ribera, Así es la vida, La rabona, Los éxitos del amor, La carpa del amor, La discoteca del amor y La canción de Buenos Aires. Intentó luego con un cine más serio y así llegaron El desquite, Revancha de un amigo y La Rosales.
La primera vez que la crítica destacó especialmente su actuación en una película fue en Perdido por perdido, debut en la dirección de Alberto Lecchi. De allí en más, participó en El faro, de Eduardo Mignogna, cosechó elogios en el papel protagónico de El mismo amor, la misma lluvia, primer film en la Argentina de Juan José Campanella -antes radicado en Estados Unidos- y brilló en Nueve reinas, donde su personaje de simpático ladrón de carteras y estafas menores en las calles de Buenos Aires fue un verdadero suceso.
Un papel pequeño pero efectivo en La fuga, otra vez dirigido por Mignogna, continuó la serie triunfal, coronada hasta el momento con el protagónico de El hijo de la novia. También dirigida por Campanella, la película llegó a competir por el Oscar a la Mejor película extranjera en 2002.
|
|
|