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Brook Busey-Hunt tenía una vida más o menos común: criada en una familia católica de Chicago, había egresado de la Universidad de Iowa y trabajaba en una agencia de publicidad de Minneapolis, donde vivía con su marido, Jon. Pero estaba aburrida entonces se anotó en un concurso de strip-tease.
No ganó, pero la adrenalina que sintió esa noche la impulsó a seguir. Respaldada por el bueno de Jon, renunció a su trabajo y se convirtió en stripper profesional. Ahora es una mujer divorciada, al borde de los 30, conocida como Diablo Cody y con una nominación al Oscar por su primer guión, el de La joven vida de Juno.
Estuvo un año bailando en el caño sin demasiado éxito.También probó en una hot line.
Dejó la vida nocturna y empezó a colaborar en un par de revistas: esa combinación de escritura y strip-tease rindió. Y todo gracias a Internet: a través de la red había conocido a su marido y ahora sería descubierta por el empresario Mason Novick. Una noche, mientras navegaba en busca de páginas porno, el tal Novick leyó Pussy Ranch, el blog en el que ella —ya bajo el seudónimo de Diablo Cody— contaba sus experiencias como stripper. A él le encantó, y la ayudó a conseguir un editor para publicar Candy Girl, un libro sobre sus pecaminosas aventuras.
Novick también la alentó a escribir un guión para una película que él produciría, y así nació La joven vida de Juno. Ahora ella tiene varios proyectos en carpeta: una serie basada en una idea de Steven Spielberg, una película de terror y una comedia.
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