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Esta joven nacida el 12 de mayo de 1971 en Nueva York tiene un gran peso sobre sus hombros: su apellido. Así es. “Coppola” representa toda una herencia. En 1992 Sofia Coppola , hija de Francis Ford Coppola –el director de la mejor saga de mafiosos del cine–, decidió interpretar a la joven hija de Michael Corleone (Al Pacino) en El padrino III. Sofia reemplazó así a Wynona Ryder en el rol, sin embargo la crítica fue implacable con ella. “Una aparición innecesaria’’, “una muestra gratuita de nepotismo” fueron algunas de las frases que se publicaron. Esta triste fama acompañó por varios años a Sofia, quien creció entre sets de filmación (aún recuerda con fuerza el explosivo rodaje de Apocalipsis ahora). Pero hoy la fama de Sofia ha cambiado diametralmente.En 1971, mientras papá filmaba El padrino, Sofia llegó al mundo y su progenitor no encontró nada mejor que ocupar a ese hermoso y calvo bebé en una escena de bautizo. Luego tuvo cameos en La ley de la calle; The Cotton Club; Peggy Sue, su pasado la espera, hasta que en 1989 escribió el guión del segmento Life Without Zoe, de Historias de Nueva York. Ahora la fama de Sofia tiene el rótulo de “talentosa directora”. Se trata de una prominente realizadora que debutó hace cinco años detrás de las cámaras con la cinta Las vírgenes suicidas, y que demuestra de nuevo su talento con la “comedia dramática’’ Lost in translation. Estrenada en el Festival de Venecia, esta historia –escrita además por Sofia– trata sobre un actor en decadencia (Bill Murray) que viaja a Tokio para actuar en unos comerciales televisivos.
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